"No hay en América otro sitio que tenga similares características sino hasta 1000 ó 1500 años después", manifestó Shady, quien estudió desde 1996 los restos arqueológicos del valle costero de Caral, en el centro norte del Perú.
Shady señaló que hace años ya se manejaba la hipótesis de que Caral era la ciudad más antigua de América, pero no fue comprobado hasta que se tuvieron los resultados de las pruebas del radio carbono (carbono 14) en restos de fibra recuperados en varias zonas del lugar.
"Esos resultados nos permiten afirmar que esta ciudad fue construida por una sociedad con una organización sociopolítica de nivel ya estatal, que controlaba la productividad de un área mucho mayor que la del valle de Supe (al norte de Lima), y que había construido asentamientos de tipo urbano a lo largo de este valle", señaló.
Según las pruebas científicas, Caral tiene una antigüedad promedio entre 2.627 y 2.100 años antes de Cristo aproximadamente y dijo que en el resto de América "el desarrollo urbano comienza 1.550 años después que en Perú".
Shady señaló que Caral, donde fueron halladas pirámides de más de 150 metros de planta, muros de hasta 20 metros de elevación y grandes plataformas de piedra, "habría tenido entre 500 y 600 años de ocupación".
La arqueóloga añadió que "en honor a la verdad" fue un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), decana de América, el que estudió primero la zona y determinó que se trataba de la ciudad más antigua del continente.
En este sentido enfatizó que el antropólogo del Field Museum de Chicago (EEUU) Jonathan Haas y Winifer Krammer, de la Universidad de Illinois, sólo contribuyeron con un aporte económico para poder realizar doce de las pruebas de carbono, ya que el resto fueron pagadas por Betty Meggers del Smithsonian Institution.
"Haas y Krammer vinieron a Caral y han colaborado para obtener las muestras que se enviaron (a EEUU) para la datación y estamos coordinando la posibilidad de un trabajo conjunto en el futuro para profundizar los estudios sobre la sociedad y cultura de Supe", indicó.
La también directora del Museo Arqueológico de la UNMSM mantuvo que Caral rompe "todos los esquemas" que tenían los arqueólogos respecto a que las civilizaciones complejas sólo pueden florecer en un período en el que exista la cerámica.
"A diferencia de otros sitios del período arcaico lo importante de Caral es que es monumental, por eso nadie creía que era del pre-cerámico", manifestó.
Caral, explicó Shady, tiene más de 65 hectáreas de extensión y desde 1996 los arqueólogos peruanos iniciaron las excavaciones de las 32 estructuras piramidales.
"Hemos excavado hasta la fecha tres estructuras piramidales de diferente rango, extensión o tamaño y estamos excavando cuatro sectores residenciales, diferenciados por su ubicación, por su tamaño y la calidad del material constructivo", señaló.
Caral, precisó, tuvo a diferencia de las sociedades agrícolas de su época una economía mixta que se sustentaba en actividades agrícolas y pesqueras, sus habitantes consumieron grandes cantidades de anchoveta y hubo un intenso comercio del algodón.
"En Caral se han encontrado productos de la sierra y de la selva", lo que demuestra que hubo un "intercambio sostenido a pesar de las dificultades para la comunicación en un territorio como el área del norte centro atravesado por la Cordillera de Los Andes", señaló Shady.
"Era una sociedad con una organización muy compleja para su época. Ha tenido un desarrollo precoz más avanzado que su vecinas del territorio americano", acotó.
En Caral fueron hallados hace algunos años los restos de un niño de algo más de un año, del 2.300 antes de Cristo, que fue sacrificado y enterrado antes de construir un sitio residencial.
También se encontraron, en una de dos tumbas saqueadas, restos de cabellera cortada, que se exhiben hoy en el Museo Arqueológico que posee la Universidad San Marcos, en el centro de Lima.
Shady explicó que aún hay que establecer cómo fue la jerarquía de estos centros urbanos, qué tipo de estructura social permitió su organización.
"Son aspectos que están pendientes de investigación, que requieren de mayores fondos" manifestó. "Es un orgullo para los peruanos tener conocimiento sobre este precoz periodo de desarrollo y espero sirva de fuente de ingresos a través del turismo para mejorar la economía tan deprimida de los pobladores de este pequeño valle", señaló.
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